Preparar una cataplasma

La cataplasma de plantas finamente molida es tradicionalmente preparada con aceite de sésamo y cera de abeja. Esta preparación a veces es difícil de hacer y es relativamente inestable. Una buena alternativa moderna es el uso de vaselina.

 

La cantidad de plantas y adyuvantes utilizados depende de la superficie a tratar. La cataplasma debe ser lo suficientemente gorda para adherirse a la piel y lo suficientemente fuerte para no fluir.

 

Si elige la preparación con vaselina, puede utilizar uno de dos métodos:

 

Primer método:

 

Derretir un tubo de vaselina en una olla pequeña y después de apagar el fuego, verter suavemente las plantas a la vez, mezclando cuidadosamente la cataplasma hasta obtener la consistencia correcta. La ventaja de esta preparación es la mezcla fácil y rápida de las plantas con la vaselina.

 

Sin embargo, corre el riesgo de verter una cantidad mayor de plantas que la necesaria, quedando con una cataplasma seca después de que la vaselina se enfríe. Si esto ocurre, añada suficiente vaselina para suavizar la cataplasma.

 

Segundo método:

 

Vaciar el tubo de vaselina en una olla pequeña y, sin calentarla, comience a echar las plantas finamente trituradas mezclándolas con la vaselina hasta que la consistencia deseada sea alcanzada.

 

La desventaja de esta preparación reside en una mezcla un poco más laboriosa que calentar la vaselina. Sin embargo, así está seguro de conseguir la consistencia deseada sin sorpresas, pues la vaselina fría preserva su apariencia original después de la preparación.

 

En ambos casos, una cataplasma eficaz será una que sea rica en plantas molidas y que, una vez aplicada en el área, se separe fácilmente sin romperse.

 

Siga los consejos de su terapeuta o aplique 1 a 2 cm de cataplasma en el área dañada. Cubra la cataplasma con gasa y aplique una ligadura suficientemente apretada para mantener la cataplasma en el lugar durante el movimiento y suficientemente flexible y relajada para permitir una buena ventilación del área.

 

Tenga cuidado: las plantas manchan la ropa.

 

Para retirar, raspe la cataplasma con una espátula para extraerla primero y luego lave el área con jabón y agua tibia.

 

Siga de cerca los consejos de su terapeuta sobre la duración del tratamiento para evitar cualquier riesgo de reacción cutánea.